Vaya temporada. España gana la Eurocopa en futbol, Contador gana el Giro de Italia interrumpiendo sus vacaciones e injustamente no participa en el Tour de Francia-el cual seguramente podría ganar también-sin olvidar a Valverde que es el candidato a ganarlo este año. Y ayer Nadal, sencillamente …..Sobran las palabras, era ver ese partido y saber que solo observarlo te hacia parte de la historia. Un ejemplo de lucha y pundonor, de esas situaciones raras que te hacen desear que no acabe el partido y que aun al finalizar y con la victoria de el mallorquín, te queda ese sabor agridulce por Federer, justo ganador si pudiera haber dos. Ahhh y ¿cómo olvidar el 6º puesto de Alonso en F1?. (Aunque no lo creáis el asturiano fue premiado con el premio Príncipe de Asturias por 2 campeonatos y el monstruo de Ángel Nieto con 13 títulos de motociclismo está esperando, pero, esto es tema de otro día) esto lo digo con toda la ironía que me almaceno.
España está viviendo momentos dulces a nivel deportivo, con un furibundo amor por la bandera y sus símbolos. Además quienes ganan tienen épica en sus actitudes y elegancia en sus gestos. Lo acaba de demostrar Rafael Nadal en una final apasionante nada menos que en la hierba de Wimblendon, aceptó la bandera española que le ofrecieron y se la puso al cuello durante el regreso de su paseo por los palcos para abrazar a los suyos. Elogió a su adversario –como había hecho Roger Fereder con él- y disfruto la victoria con emoción, con sobriedad y elegancia.
Todo esto ocurre en la España, en la que de momento parece que no es motivo de vergüenza ondear la bandera Española y que ahora puedes hacerlo sin que te tilden de facista, una asociación muy usual entre los tan listos y admirados defensores de las "Autonosuyas". Esos grupos que se han atribuido- sin consultar a nadie -de la bandera, sin embargo, parece, haber surgido una nueva horneada de gente, que se aferran a la bandera, solamente, como el símbolo de la identidad compartida. La llamaría una generación de los auténticos patriotas, de los patriotas de la Constitución y sobre todo de las libertades, empeñados en demostrar que la verdadera grandeza de esta bandera que se asoma por encima de los dinosaurios existentes, españoles que como Rafael Nadal, la exhiben demostrando que es todo, menos un símbolo de agresión o amenaza para cualquiera de las manifestaciones de separación o sectarismo que existen en nuestro país.
Estos símbolos y estos actos deben verse con total naturalidad y ser considerados como un primer paso para un futuro mejor. O sencillamente conseguir un mundo más justo.
Estos símbolos y estos actos deben verse con total naturalidad y ser considerados como un primer paso para un futuro mejor. O sencillamente conseguir un mundo más justo.
¿Que eso no vale? Ya he mencionado que es solo el primer paso, para librarse de grilletes tan pesados como antiguos. Sin ir más lejos: Coño, ¿que pasa por la mente de la gente que acude a los San Fermines?, pueblos enteros que se divierten con el sufrir injustificado de un animal y con la burda excusa de ser “fiesta Nacional”, noooo , no se equivoquen , esa fiesta hoy en día es un “after” y como tal, le queda solo esperar que salga el sol y muchos con resaca vuelvan a casa, mientras la vida evolucionara y cuando ellos se repongan, simplemente tendrán que adaptarse y rogar que la bebida borrara sus vivencias de festivas Nacionales. Pero lo dejo que con este tema tengo para un libro. Sigamos dando pasos hacia el frente, pero, no hacia un barranco, pasos firmes y decididos para mejorar.
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